textos de barajar y dar de nuevo

acá guardo los textos largos por si se quieren leer completos, digo...si tienen ganas...

Mi foto
Nombre: Crisfer
Ubicación: buenos aires, Argentina

jueves, abril 07, 2005

La marea roja

Al principio creí que era una gripe, de esas en que la fiebre sube y te hace transpirar hasta la nuca.
Cuando comprobé que ni mocos tenía, le empecé a echar la culpa al tiempo, "¡ este calor y la humedad que no se bancan!" Hasta que empezó el fresquito y los golpes de calor se hicieron más y más seguidos.
¡Y yo que me llenaba la boca diciendo que los calores pre-menopáusicos eran psicológicos! ¿Psicológicos? ¡Las pelotas!
Mi mamá siempre me dijo que para que a una no le agarraran había que tener sexo bastante seguido ¡Qué simpática! ¿Quien a esta altura y con semejantes sofocones puede tener ganas de hacerlo, y encima, "bastante seguido"? En realidad, antes preferiría poner a mi marido abanicándome continuamente, pero eso es sólo una utopía.
La verdad que no sé si quedarme con los calores o con los bajones imbancables que me arrancan hasta las ganas de vivir. ¿Y yo quiero seguir viviendo feliz con o sin menstruación! Parece que las hormonas femeninas son tan complicadas como nosotras.
¿Por qué las mujeres debemos padecer tanto? Que la regla, que el embarazo, que la lactancia y, como si todo eso fuera poco, ¡ahora la menopausia! ¿No podría retirarse, al menos, sin tanto ruido, perdón, tanto calorón?
Ahora presiento que viene otra erupción volcánica, hasta me hace recordar, cuando dando de mamar bajaba la leche y la sed era igualita a la de estar caminando a las doce del mediodía por el desierto de Sahara.... Realmente somos la Madre Tierra y cargamos sobre nuestras espaldas todos los accidentes geográficos del planeta.
¿Los sofocones serán directamente proporcionales a lo fogosa que uno fue en vida? ¿ De haberlo sabido que me esperaba esto, me hubiese llamado a sosiego mucho antes! O quizás, tendría que haber conservado la virginidad por más tiempo...
¿Será que Dios nos creó estos calorones para mantenernos distraídas y no sufrir tanto ahora que se van los hijos? Yo sufro igual, la diferencia es que ahora tengo en casa más ventiladores para mi solita...
Lo peor de todo, es que cuando me miro en el espejo en medio de esos ataques (a propósito... ¿los demás se darán cuenta de semejante episodio? ¡qué horror) la rosácea a flor de piel hace que me transforme aún más. ¡Que ironía, porque yo me siento como de 20, de 20 transpirada después de haber corrido una maratón o de haber hecho el amor tres veces seguidas...!
¿Por qué el espejo no me devuelve la misma imagen interior que una tiene de sí misma?
Esto es cierto: una por dentro se siente todavía muy joven, piensa joven y hasta nos gustaría volver a repetir la vida, pero con la experiencia de ahora. Lastima que la carrocería ya no nos acompañe, salvo que una tenga la dicha de poder hacerse chapa y pintura.
Y lo bueno es que no me encuentro tan sola en esta secuencia de mi vida. Muchas pasamos más o menos por las mismas cosas y a cierta edad, una sabe que no es única, que dejó de ser el ombligo del mundo y que ahora la vida empieza para disfrutarse con un poco menos de obligaciones.
Y pasados ya los 40 laaargos, empezamos a buscar un poco más de libertad (¿lo del calor será el precio que se paga por ella?)
También nos ponemos un poquito más nerviosas (¿por qué negarlo?)Como cuando tratamos de buscar un poquito más de respeto ante un hijo grandecito que nos enfrenta o nos levanta la voz y ya no podemos darle una bofetada, porque se nos caen el alma y la mano.
Entonces, además de vieja de mierda te hacen sentir candidata al Alzheimer adelantado, ¡pero déjalos Señor, porque no saben lo que hacen! A ellos también les llegará algún día la meno y la andropausia...jajaja
En fin, ¿por qué hay que terminar tan molestamente? ¿Por qué no despedirse con calma de aquello que nos asustó cuando vino la primera vez, que nos provocó fastidio durante toda la vida, que nos amargaba o nos preocupaba si algún mes nos faltaba, que nos entristecía cuando venía y esperábamos otra cosa, que en ocasiones nos limitaba y alguna que otra vez hasta nos manchaba la ropa...?
La marea roja se retira de esta playa, con gaviotas, sirenas y nubarrones....¡Y este calor de mierda que me mata!
Texto: Ana Solá